Publicado por D.E.M.A. ● 20 octubre, 2023
Lesiones en el tendón de Aquiles: cuáles son y cómo prevenirlas
Te contamos tres lesiones en el tendón de Aquiles, sus causas, las formas de detectarlas y de evitarlas. Además, detallamos la importancia de la flexibilidad, el fortalecimiento muscular y evitar las sobrecargas, y mucho más.
El tendón de Aquiles, ubicado en la parte posterior del tobillo, es uno de los tendones más grandes y fuertes del cuerpo humano. Desempeña un papel esencial al permitirnos caminar, correr, saltar y realizar muchas otras actividades físicas. Sin embargo, debido a su constante uso y carga, el tendón de Aquiles está sujeto a diversas lesiones.
Las distintas lesiones en el tendón de Aquiles son posibles. Existen tres distintos tipos:
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Tendinitis de Aquiles: es una inflamación del tendón que puede ser causada por el uso excesivo o el envejecimiento. Los síntomas incluyen dolor en la parte posterior del talón que puede ser agudo o sordo, rigidez y sensibilidad al tacto.
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Tendinosis de Aquiles: es una degeneración del tendón de Aquiles debido al daño crónico que se genera por sobrecargas constantes, calzado inadecuado, envejecimiento del cuerpo, falta de flexibilidad u otros factores como la mala técnica deportiva. A menudo, se presenta como una afección dolorosa y puede incluir áreas de engrosamiento o deformación del tendón.
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Ruptura del tendón de Aquiles: es una lesión grave en la que el tendón se desgarra parcial o completamente por culpa de un impacto directo, sobrecarga, degeneración de la articulación u otras causas relacionadas con el desgaste. Los síntomas incluyen un fuerte estallido o crujido en la parte posterior del tobillo, dolor intenso, hinchazón y dificultad para caminar.
¿Cómo me aseguro de que se trate de una lesión del tendón de Aquiles?
Determinar si existe una lesión en el tendón de Aquiles obviamente requiere una evaluación médica adecuada. Sin embargo, hay algunas señales y síntomas que pueden indicar un posible traumatismo, entre las que se encuentran las siguientes:
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Dolor agudo: la ruptura o inflamación del tendón de Aquiles muchas veces se manifiesta como un dolor intenso en la parte posterior del tobillo.
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Sonido de ruptura: si se experimenta un sonido similar a un estallido o un crujido en el área del tobillo al lesionarse, esto podría ser un indicio de una ruptura del tendón.
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Hinchazón: tanto la tendinitis como una ruptura pueden causar hinchazón en el área afectada.
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Debilidad o incapacidad para levantar el talón o pararse en puntas de pie: una lesión en esta zona puede debilitar distintas capacidades como las mencionadas, especialmente en el caso de una ruptura completa.
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Sensibilidad: el área alrededor del tendón de Aquiles puede estar sensible al tacto y sentirse caliente si está inflamado.
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Dificultad para caminar o correr: es muy posible que exista la dificultad para caminar o correr, y podría ser particularmente notoria al intentar empujar con el pie para moverte hacia adelante.
Es importante que, ante algún síntoma, se haga una consulta médica. La evaluación adecuada, que puede incluir pruebas como la resonancia magnética, permitirá un diagnóstico preciso y la determinación del tratamiento más apropiado. Una intervención temprana puede ser fundamental para una recuperación efectiva.
Consejos para una prevención efectiva
Mantener la salud de esta articulación puede ser sencillo, y a la vez muy importante para un deportista. A continuación vas a poder encontrar algunas estrategias prácticas para prevenir lesiones y proteger el tendón:
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Realizar estiramientos regulares de la pierna y el tendón de Aquiles antes y después de la actividad física para mantener la flexibilidad.
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Realizar ejercicios de fortalecimiento de los músculos como el trote con los talones levantados, o las sentadillas.
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Aumentar gradualmente la intensidad y la duración de tus actividades físicas para dar tiempo al tendón de adaptarse al estrés.
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Usar calzado deportivo que ofrezca soporte adecuado y amortiguación para reducir la presión sobre el tendón de Aquiles.
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Evitar ejercitarse en superficies duras o inclinadas, estas pueden aumentar la tensión en el área.
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Darse descansos para que el cuerpo se recupere adecuadamente entre las rutinas de ejercicio intensas.
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Estar atención a las señales de advertencia, como el dolor o la molestia en el tendón, y reducir la intensidad o la frecuencia de las rutinas si es necesario.
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Al experimentar dolor persistente o cualquier síntoma de lesión en el tendón de Aquiles, buscar atención médica de inmediato. Un diagnóstico temprano puede prevenir complicaciones graves.
Soluciones D.E.M.A. para las lesiones en el tendón de Aquiles
En D.E.M.A. estamos comprometidos con facilitar el movimiento en las personas que sufren imprevistos que se lo dificulten. Por ello, trabajamos en muchos productos especializados para aliviar lesiones en el talón de Aquiles o colaborar en los momentos de postoperatorio. Entre las soluciones principales, se encuentran:
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El inmovilizador acordonado de tobillo (T055) es un modelo ideal para los tratamientos que requieren sujeción y contención de la zona. Este modelo está diseñado en neoprene de cuatro milímetros de espesor, ajustes acordonados, también posee cuatro varillas rígidas que son cubiertas y acolchadas. A este modelo se le pueden sumar la tobillera con varilla rígida de neoprene (T053), la tobillera con varilla flexible (T054) y la tobillera en ocho elástica (T045).
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La talonera de gel común (G52), la talonera de descanso (T081-G) y la talonera que está especialmente confeccionada para el espolón (G52). Los tres modelos están confeccionados en látex recubierta con goma eva y son especialmente producidas para rehabilitar las tres lesiones mencionadas en este posteo y también para suplir los usos deportivos. También, es posible complementarlas con la banda protectora de pie (B056), que es adaptable a ambos pies, es de tela de algodón y elástico y se ajusta a la necesidad de cada persona.
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Además, la bota walker corta (WALKC), un producto pensado para inmovilizar la zona del pie a 90 grados durante el periodo de recuperación, evitando dolores y sobrecargas en el tendón de aquiles. Está confeccionada en plástico reforzado de 6 milímetros de espesor, y tiene suela antideslizante. Luego de la bota, se puede pasar a una tobillera con doble soporte en ocho de neoprene (T049). La tobillera puede brindar la contención necesaria hasta la recuperación, ayudando a una correcta entrada en calor de la zona y ofreciendo estabilidad a los movimientos del tobillo.
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La tobillera frío/calor (TFC), que está diseñada en neoprene de 1 1/2 milímetro de espesor y cuenta con cierres en abrojo y un gel frío/calor que es manipulable de acuerdo a la necesidad.
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El Gel pack frío / calor (G26*26, G13*26 y G8*14) es un producto fundamental para recuperarse del talón. Para una mejor aplicación, se recomienda utilizarlo junto con la bolsa porta gel. Finalmente, la tobillera frío/calor (TFC) puede ser de gran ayuda para aplicar frío, en ciertos casos. Viene confeccionada en neoprene de 1 1/2 milímetro de espesor, un cierre en abrojo y un pack de gel manipulable.
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