Te contamos todo lo que tenés que saber sobre cuatro de las lesiones más comunes en el rugby: la luxación de hombro, el esguince de rodilla, la fractura del escafoides y la tendinitis de Aquiles.
El rugby es un deporte de alto contacto que, por su naturaleza de juego, posee una de las tasas de lesiones deportivas más altas del mundo 一sesenta y nueve cada mil horas de juego一. Los traumatismos regulares son variados.
En este posteo te contamos cómo evitar la luxación de hombro, el esguince de rodilla, la fractura del escafoides y la tendinitis de Aquiles, y también las mejores formas de superarlas, si es que ocurren.
En el Rugby es muy común la luxación de hombro por las características mismas del juego: esta zona del cuerpo tiene mucha exposición, es usada en los scrums y los tackles (por ejemplo) para empujar o derribar al oponente.
Se trata de una lesión en la que el hueso del hombro se sale de lugar, es decir que se mueve y queda fuera de la cavidad del omóplato. Es posible que este mal posicionamiento ocurra parcial o totalmente y en cualquier dirección: hacia adelante, atrás, abajo o arriba.
Es habitual que este traumatismo ocurra en deportes, ya que su causa central se trata del impacto o los movimientos bruscos que fuercen la articulación. Es un accidente doloroso que puede mostrar hinchazón y dificultad para mover el brazo.
Su recuperación tiene dos partes:
La recolocación del hombro en su lugar, procedimiento molesto que debe ser realizado por un profesional de la salud rápidamente.
La recuperación progresiva de la movilidad de articulación, tiempo en el que se debe utilizar un cabestrillo para limitar la movilidad de la zona, y buscar con terapias de rehabilitación kinesiológicas.
Para disminuir las posibilidades de sufrir una luxación de hombro es recomendable:
Tener conciencia de los límites propios, por ejemplo a la hora de levantar peso o de empujar con esa parte del cuerpo.
Realizar actividad física para fortalecer la zona y prepararla para soportar mejor los cambios bruscos de tensión o los golpes. En este aspecto se pueden optar por rutinas con mancuernas o con pesas rusas.
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El esguince de rodilla se trata tanto del estiramiento o de la rotura de los ligamentos, que son los encargados de conectar los huesos de cada lado de una articulación. Se produce cuando se dobla la articulación más allá de los límites naturales. Puede producirse parcialmente en algunos de los cuatro ligamentos de la rodilla o, también, de forma total.
Es común que ocurra cuando no se calienta de forma debida y se entra en actividad física rápidamente, o cuando hay algún accidente particular que flexiona la pierna hacia una mala posición. En ambos casos, es muy posible que se produzca al practicar rugby.
En estiramientos o desgarros parciales, la solución generalmente requiere reposo, soporte 一una rodillera一 y una terapia de rehabilitación. En el caso de rupturas de ligamentos totales, la solución es mediante una cirugía, reposo, soporte y kinesiología.
Debemos mirar hacia las causas para evitar al máximo posible las posibilidades de sufrir un esguince de rodilla: los accidentes no son controlables, pero sí el calentamiento previo y la elongación. Podés hacer tu actividad utilizando medias deportivas para no dañar tus pies y para ser visto (en caso de que sea de noche o muy temprano), bandas elásticas y una colchoneta.
El escafoide es un pequeño hueso de muñeca que puede fracturarse. Es muy usual encontrar este problema en el rugby, ya que una de sus causas más usuales es una caída con la mano abierta. No solamente se pueden producir accidentes en un partido o en un entrenamiento, sino que es posible encontrar lesiones por tackles o impactos con la mano abierta a otros jugadores. También pueden surgir otras lesiones en la muñeca como la tendinitis.
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Los síntomas más comunes de la fractura de escafoide son el dolor y la sensibilidad en la zona justo debajo de la base del dedo pulgar. Estos pueden intensificarse cuando se intenta agarrar algún elemento o utilizar los dedos.
La forma de rehabilitarse depende del tipo de fractura que se ocasione, que varía de caso a caso. Habitualmente es mediante la utilización de un yeso o una muñequera inmovilizadora y/o mediante una cirugía. La rehabilitación kinesiológica también es una parte muy importante del proceso.
Para prevenirla, es central:
Tratar de evitar las caídas o los impactos con la mano abierta.
Utilizar un soporte a la hora de practicar rugby.
Esta es una de las lesiones más normales en la zona del pie. Se ocasiona por una sobrecarga en el tendón, tras mucho uso. Los síntomas principales son:
Dolor: se va a encontrar al usar el talón, ya sea caminando, corriendo, saltando o tocándolo.
Hinchazón: es posible que la zona se inflame y se sienta caliente.
Rigidez: por causa del dolor y el sufrimiento que genera, es posible que la movilidad se dificulte, ya sea girando el talón o apoyando peso del cuerpo en él.
Recuperarse de un cuadro de tendinitis de Aquiles no es difícil. A partir de una consulta médica, se deberá hacer una radiografía y recién entonces se definirá si se trata de una lesión en el tendón de Aquiles de estas características. Una vez con el diagnóstico del médico, es posible que se recomiende un analgésico, un tiempo de descanso de actividades físicas, la aplicación de un pack de gel frío dos o tres veces al día y la utilización de una talonera de gel.
También, cabe destacar a la tendinosis de Aquiles, que es un traumatismo similar a la tendinitis en el que, en vez de inflamarse el tendón, se producen microdesgarros en el tejido, como consecuencia de la sobreexigencia.
Para evitarla, lo más recomendable es utilizar una tobillera y/o una talonera de gel para practicar rugby. Esto ayudará a dar estabilidad a la zona y compresión de la articulación.
En D.E.M.A. estamos comprometidos con el aporte a las personas para que tengan una vida basada en el movimiento. Por ello desarrollamos productos que colaboren con la rehabilitación o con el ejercicio de cada día. Particularmente para el rugby, ofrecemos los siguientes productos:
Cabestrillo tipo Velpau (C025). Si tenés que elegir un producto de estas características, este diseño suele ser uno de los más distinguidos. Es muy funcional, porque sin su faja es un sostén, y con ella puesta logra una inmovilización del torso del lado a recuperar. Además de ser acolchado y regulable, sus tiras en cruz posteriores permiten un balance del cuerpo ideal para evitar contracturas y malestares musculares. Todos los diseños incluyen tiras acolchadas para evitar roces.
Cabestrillo tipo Vietnam (C025). Muy famoso por su nombre, su diseño permite inmovilizar el hombro y el brazo. Es súper acolchado para mayor confort.
Cabestrillo inmovilizador simple (C083). Uno de los más sencillos, pero muy funcional. Práctico para sostener el brazo e inmovilizar la zona a recuperar dado que incluye una tira que pasa por detrás de la cintura. Un diseño muy similar pero sin impedir los movimientos es el cabestrillo simple, ya que no incluye la banda de sujeción posterior.
Inmovilizador de brazo (IB). A diferencia de todos los otros, posee varillas de inmovilización adaptable y maleable según la necesidad de uso. Es más adecuado para casos que requieren una posición estricta a inmovilizar.
La rodillera estabilizadora (R093) es recomendable para lograr una recuperación efectiva en el esguince de rodilla. Está confeccionada con neoprene 一cuatro milímetros de espesor一 y tiene cuatro varillas flexibles laterales y una sujeción en cruz.
La férula inmovilizadora larga (ILND) de neoprene de 4 milímetros de espesor con doble varilla de aluminio (inferior y superior) brinda soporte cómodo y óptimo, evitando movimientos inadecuados y dolencias.
La férula inmovilizadora de dedo pulgar y antebrazo (I011N) es una solución que aporta calor terapéutico y brinda contención a la articulación. Es adaptable a ambas manos, tiene un cierre ajustable en abrojo, está elaborada con 4 milímetros de espesor de neoprene y contiene 5 ballenas internas que aportan rigidez a la contención.
El inmovilizador acordonado de tobillo (T055) es un modelo ideal para los tratamientos que requieren sujeción y contención de la zona. Este modelo está diseñado en neoprene de cuatro milímetros de espesor, ajustes acordonados, también posee cuatro varillas rígidas que son cubiertas y acolchadas. A este producto se le pueden sumar la tobillera con varilla rígida de neoprene (T053), la tobillera con varilla flexible (T054) y la tobillera en ocho elástica (T045).
La talonera de gel común (T080-G), la talonera de descanso (T081-G) y la talonera que está especialmente confeccionada para el espolón (G52). Los tres modelos están confeccionados en látex recubierta con goma eva y son especialmente producidas para rehabilitar la tendinitis de Aquiles y también para suplir los usos deportivos. También, es posible complementarlas con la banda protectora de pie (B056), que es adaptable a ambos pies, es de tela de algodón y elástico y se ajusta a la necesidad de cada persona.
Además, la bota walker corta (WALKC), un producto pensado para inmovilizar la zona del pie a 90 grados durante el periodo de recuperación, evitando dolores y sobrecargas en el tendón de aquiles. Está confeccionada en plástico reforzado de 6 milímetros de espesor, y tiene suela antideslizante. Luego de la bota, se puede pasar a una tobillera con doble soporte en ocho de neoprene (T049). La tobillera puede brindar la contención necesaria hasta la recuperación, ayudando a una correcta entrada en calor de la zona y ofreciendo estabilidad a los movimientos del tobillo.
La tobillera frío/calor (TFC), que está diseñada en neoprene de 1 1/2 milímetro de espesor y cuenta con cierres en abrojo y un gel frío/calor que es manipulable de acuerdo a la necesidad.
Para ejercitar el cuerpo, podés optar por:
Las pesas rusas son uno de los productos. Estas pueden ser muy funcionales para la ejercitación diaria con el fin de potenciar las zonas que recubren articulaciones: no ocupan mucho espacio, son fáciles de usar y, además, son económicas. Hay tres modelos distintos que difieren por el peso de cada una: 3 kg, 5 kg, 8 kg. Están producidas de hierro fundido y recubiertas en vinilo, lo que hace un trabajo mucho más útil y cómodo.
Las mancuernas en nuestro catálogo. Hay de distintos tipos: de 0,5, 1, 2, 4 y 5 kilos. Todas son de fundición recubierta, que hacen más agradable el tacto y la utilización.
Las bandas circulares elásticas son elementos que pueden potenciar y colaborar en tu ejercitación y con el calentamiento de las piernas. Podés encontrar una rutina en nuestro blog.
Para volver a la actividad en lesiones de muñeca, se puede optar por: la muñequera con ajuste de neoprene (M011) está diseñada para ser utilizada en ambas manos, de un espesor de cuatro milímetros de neoprene y un ajuste de doble contención por su sobre banda de tracción en abrojo. Esta es muy similar a la muñequera tubo (M003), pero con mayor ajuste.
La muñequera de neoprene mitón (MT003N) está construida en neoprene de cuatro milímetros de espesor, cierre regulable en abrojo y es adaptable a ambas manos. Además, está la muñequera regulable de neoprene (M004) que además de tener un espesor de cuatro milímetros, tiene un cierre ajustable.
Por sus cualidades de calor terapéutico, también es recomendable utilizar la muñequera boomerang dedo libre (M008) para rehabilitarse de una fractura de escafoides en el rugby.
Finalmente, para realizar trabajos físicos en el suelo, se pueden conseguir colchonetas plegables de alta densidad (D-COL) que son preferibles para la comodidad y salud de tu espalda.
Podés encontrar estos y todos los productos D.E.M.A. de forma online o acercándote a la ortopedia más cercana a donde estés. Buscala haciendo clic en el mapa debajo:
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