Descubrí una forma de llevar adelante el día a día con mayor plenitud: el mindfulness es la puerta de entrada a la relajación.
En la vida cotidiana, agitada y llena de obligaciones que nos generan ansiedad, encontrar momentos de calma y conexión con uno mismo es muy importante para vivir más felices.
El mindfulness es una práctica arraigada en la atención plena que ofrece una vía para cultivar la calma interior. Esta técnica promete una conexión con el propio cuerpo, notando así sus dolores, sus presiones y su relajación. Si bien en la descripción parece algo irreal, la verdad es que esta práctica es utilizada por millones de personas en todo el mundo y con mucha efectividad.
A continuación presentamos una guía práctica de tres pasos para incorporar el mindfulness en la rutina diaria.
Antes de empezar con el mindfulness, es crucial crear un entorno propicio para la calma y la reflexión. Se debe encontrar un lugar tranquilo donde uno pueda sentarse cómodamente, ya sea en una silla o estirado en el suelo con un mat de yoga como apoyo. Hay que asegurarse de que el entorno esté libre de distracciones y que la iluminación no sea invasiva: el objetivo es crear una atmósfera relajante. Se puede utilizar música suave, como de ruidos de la naturaleza.
Una vez que el espacio esté listo, hay que sentarse con la espalda recta y las manos descansando sobre las piernas o acostarse en el suelo, totalmente estirado y con las manos al costado del cuerpo, palmas sobre el mat.
Hay que cerrar suavemente los ojos y dirigir la atención a la respiración. Se debe sentir cómo el aire entra y sale de los pulmones, sin tratar de cambiar el ritmo natural, concentrándose en la punta de la nariz y en el trayecto que hace el oxígeno dentro del cuerpo.
A medida que uno se va sumergiendo en la experiencia de la respiración, es natural que broten pensamientos. En lugar de resistirlos, simplemente hay que observarlos y dejar que sigan de largo. Después, se debe regresar la atención a la respiración, esto cada vez que uno se de cuenta que los pensamientos han entrado en juego.
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Después de unos minutos de atención a la respiración, hay que llevar la conciencia hacia las sensaciones en el cuerpo. Se puede explorar cualquier tensión, suavizar áreas de rigidez y observar la conexión entre tu cuerpo y la respiración; explorar desde la punta de los dedos hasta la cabeza, prestando atención a cada parte como si estuviésemos haciendo un mapeo de nuestra figura.
Si se encuentran áreas de tensión, se debe, todavía con los ojos cerrados y la mente en plena concentración, respirar suavemente hacia ellas, permitiendo que el oxígeno actúe como un masaje interno. La clave aquí es la aceptación y la no resistencia; simplemente hay que observar las sensaciones sin juzgar ni tratar de cambiarlas.
Al finalizar este proceso, hay que abrir lentamente los ojos y tomarse unos segundos para sentir la transición entre la práctica y el mundo exterior.
Al seguir los pasos anteriores, se establece una base sólida para la práctica del mindfulness. La repetición regular de esta rutina puede conducir a una mayor conciencia, reducción del estrés y una conexión más profunda consigo mismo. Integrar estos momentos de atención plena en la vida diaria puede ser el primer paso hacia una mayor serenidad interior y bienestar.
En D.E.M.A. trabajamos todos los días para que las personas puedan vivir una vida más plena. Es por eso que el yoga y prácticas como el mindfulness son muy importantes para nosotros. Contamos con varias soluciones para llevar adelante este tipo de sesiones para ejercitar el bienestar, entre los más importantes se encuentran:
En primer lugar, contamos con un mat de yoga reforzado (D-MAT) de seis milímetros de espesor que está fabricado en material TPE (Thermal Plastic Elastome) el cual es Eco Friendly, no tóxico y no contaminante del medio ambiente. Además su tela es impermeable y antideslizante pero no irrita la piel ni la daña. Tampoco absorbe malos olores ni humedad. Incluye un bolso para transportar y, además del amarillo, también viene en color azul claro.
Por otro lado, también contamos con un modelo de rolo de yoga (D-ROLO) que está construido de material de alta resistencia y no se parte al hacer ejercicios. No absorbe humedad ni malos olores, su tela es antideslizante y trae bolso para transportar o guardar.
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