Veamos algunas lesiones comunes en el ski acuático, la forma de rehabilitarlas y de prevenirlas.
El ski acuático es un deporte cada día más popular. Los campeonatos y las representaciones nacionales cada vez son más concurridas, como también aumenta las personas que empiezan a practicar de forma amateur. Esto es muy positivo ya que este deporte es muy completo y beneficioso para la salud: más deportistas en el mundo es una buena noticia.
Sin embargo, es posible encontrarse con contratiempos. En esta nota recorremos tres lesiones comunes en el ski acuático para que puedas superarlas de forma correcta: esguince de rodilla, esguince de tobillo y esguince de cuello.
En este deporte es fácil encontrar lesiones en las extremidades, ya sean inferiores o superiores, consecuentemente del tipo de trabajo físico y de particularidades que tiene. En especial, al estar atado al ski en los pies y al estar tomando el cable que conecta a la persona con la lancha, es muy probable que existan estiramientos forzados y tirones sorpresivos que puedan generar lesiones, tanto así como caídas al agua a alta velocidad. Además, un cuerpo con poca actividad encima es posible que sea sobreexigido en los distintos movimientos que se necesitan hacer.
Veamos las lesiones y la forma de rehabilitarlas.
El esguince de rodilla se trata tanto del estiramiento o de la rotura de los ligamentos, que son los encargados de conectar los huesos de cada lado de una articulación. Se produce cuando se dobla la articulación más allá de los límites naturales, muchas veces a causa de no calentar de forma debida o cuando hay algún accidente particular que flexiona la pierna hacia una mala posición, por ejemplo golpeando con el agua en una caída. Puede ocasionarse parcialmente en algunos de los cuatro ligamentos de la rodilla o, también, de forma total.
En estiramientos o desgarros parciales, la solución generalmente requiere reposo y alguna terapia de rehabilitación. En el caso de rupturas de ligamentos totales, la salida es mediante una cirugía.
Los esguinces de tobillo se producen al doblar, torcer o girar de manera atípica el tobillo. Ese movimiento puede, en ocasiones, forzar los ligamentos que mantienen unidos los huesos del tobillo más allá de su rango normal de estiramiento, desgarrándolos y provocando dolor, inestabilidad e inflamación. Es muy común en el ski acuático por el hecho de estar conectado al ski.
La recuperación debe dictarla un médico. Por lo general, el tratamiento consiste en el reposo, algunos estiramientos suaves y la utilización de una tobillera. El método R.I.C.E. puede ser útil como medida de primeros auxilios y durante los dos o tres días posteriores a la lesión.
También existen otras contenciones que se ajustan idealmente a cada recuperación:
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Un esguince de cuello es una lesión leve que puede provocar dolor y restricción de movimiento considerables. La mayoría de los casos de estiramiento de los músculos del cuello (o de distensión o lesión de ligamentos o tendones) generan dificultades y dolor al mover o girar la cabeza o el cuello. Puede ser producido por una caída en el agua que doble el cuello de forma abrupta y lo fuerce dado la alta velocidad y los giros posibles.
Para rehabilitar esta lesión, se debe:
Aplicar frío en las primeras veinticuatro horas y por veinte minutos varias veces para reducir la inflamación.
Aplicar calor luego de ese lapso de tiempo, lo que ayuda aliviar los síntomas y el sufrimiento.
Tomar antiinflamatorios o remedios que el médico especialista dicte.
Aplicación de masajes.
En algunos casos, un soporte puede colaborar.
Mantener buena postura.
Además, los distintos collares ortopédicos que ofrecemos son opciones que pueden colaborar con el paciente. Hay tres grandes opciones:
Para prevenir estas y más lesiones en el ski acuático, es fundamental es sigas las recomendaciones a continuación:
Conocer los límites propios de lo que tu cuerpo alcanza o no a hacer.
Mantener medidas de seguridad en el agua. En el caso del ski acuático se pueden seguir las quince reglas.
Estar siempre hidratado.
Asistir regularmente a entrenamientos que colaboren con el estado físico propio.
Estirar y calentar previamente a cada ejercicio.
Seguir la técnica de cada movimiento al pie de la letra.
En caso de que sufras una lesión, es importante consultar con un especialista y dejar de hacer actividad, así no se agravan los síntomas y los problemas. La rehabilitación óptima requiere que sigas la indicación profesional.
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