La zalea para cama es una solución imprescindible para el reposo prolongado. Te contamos qué es y cómo se usa.
Una zalea para cama es un tipo de colchón o almohada diseñada para proporcionar comodidad y alivio de presión a pacientes que pasan mucho tiempo en reposo, especialmente aquellos que tienen movilidad limitada o están en riesgo de desarrollar úlceras (llagas por decúbito).
Es una solución fabricada con materiales especiales que distribuyen de manera uniforme la presión sobre el cuerpo del paciente, reduciendo así los puntos de fricción y previniendo la formación de úlceras. Estos componentes suelen ser de espuma de alta densidad, látex, gel o combinaciones de ellos, con una cubierta impermeable. Esto contribuye a la higiene, la protección y la limpieza del espacio de reposo.
Además de ofrecer un alivio de presión, las zaleas para cama también pueden proporcionar soporte postural y estabilidad, ayudando a mantener una posición de cuerpo adecuada y prevenir deformidades o contracturas musculares en pacientes encamados.
Esta solución es muy utilizada por adultos mayores con situaciones físicas que los obligan a permanecer acostados largos períodos de tiempo, también es elegida en distintos casos postoperatorios que requieran reposo prolongado. Para el correcto funcionamiento de la zalea y para conseguir la comodidad del paciente, listamos los siguientes consejos para su uso correcto:
Preparación: antes de utilizarla, asegurate de que la cama esté limpia y seca. Retirá las sábanas o cubiertas existentes y colocá una funda de colchón sobre el mismo.
Colocación: extendé la zalea sobre el colchón de manera que cubra toda la superficie. Revisá que la parte suave y acolchada de la cubierta esté en contacto directo con el paciente. Ajustala para que esté centrada en el área donde el paciente va a apoyarse.
Posicionamiento: ayudá al paciente a colocarse sobre la zalea para cama de forma suave y cuidadosa. Si es necesario, utilizá ayuda adicional como grúas o asistentes para facilitar el proceso de transferencia. Asegurate de que el paciente esté bien acostado, evitando puntos de presión excesiva en alguna parte vulnerable del cuerpo.
Ajuste de la ropa de cama: una vez que el paciente esté posicionado sobre el producto, colocá las sábanas y mantas. Es importante que estén bien estiradas y no ejerzan una presión excesiva en ninguna área del cuerpo. Esto ayudará a evitar la fricción y las posibles irritaciones en la piel.
Control de la humedad: si el paciente es propenso a la sudoración o incontinencia, es importante estar atento para limpiar y secar la zalea, evitando la acumulación de humedad.
Esto contribuirá a mantener una superficie seca y más cómoda para el paciente.
Rotación y reajuste: es importante recordar que los pacientes que permanecen acostados durante períodos prolongados deben ser rotados y reajustados periódicamente para aliviar la presión en áreas específicas del cuerpo. Consultá con un profesional de la salud para determinar la frecuencia y el método adecuado de rotación según las necesidades individuales del paciente. Sin embargo, utilizando las manijas, podrás deslizarlo suavemente en la dirección que necesites. Es central que el paciente esté seguro y cómodo durante el movimiento.
Transferencia a otra superficie: si necesitas mover al paciente a otra superficie, como una silla de ruedas o una camilla, también podés usar las asas para levantarlo suavemente, manteniendo una postura adecuada y evitando movimientos bruscos.
Mantenimiento y limpieza: lavá y desinfectá regularmente la zalea para cama según las instrucciones del fabricante. Esto garantizará un entorno higiénico y ayudará a prevenir la propagación de gérmenes o infecciones.
Estas son algunas pautas de uso generales, pero tenés que adaptarlas a la situación particular que te toque transitar, atendiendo a las necesidades y las recomendaciones del paciente. Siempre es recomendable buscar orientación y asesoramiento de un profesional de la salud para garantizar un cuidado óptimo y seguro.
Las zaleas para cama D.E.M.A. (códigos ZG, ZG0 y ZP) están producidas bajo los estándares de calidad más exigentes y eso las hace muy durables (trescientos lavados aproximadamente). Diseñada en material con tela de goma, está certificada por ANMAT y por la ISO9001. Es lavable e incluye tiras de agarre. La particularidad de este modelo es el material en tela de goma, impermeable para casos de incontinencia, elemental en la mayoría de casos de reposo prolongado. Tiene tres tamaños: 1,5 x 0,9 metros, 1,2 x 1,4 metros y 0,9 x 0,9 metros.
Además de esta solución, en D.E.M.A. contamos con otras soluciones para el reposo prolongado. Entre ellas:
Almohadón antiescara con funda (AF) que está producido en espuma de poliuretano y cuenta con una funda higiénica.
Almohadón antiescara sin funda (AA) que es del mismo material que el anterior pero viene sin funda
Almohadón pequeño (AP), diseñado en el mismo material, e ideal para tobillos, muñecas, codo y cabeza.
Almohadón de vellón siliconado redondo (AVR) y el cuadrado (AVC) confeccionados en espuma de vellón siliconado; incluyen una funda protectora.
Almohadón facial antiescaras (AFA) está producido en espuma viscoelástica y vellón siliconado. La particularidad de este modelo es su material en espuma de alta densidad para los períodos de recuperación cuya posición ejerza presión en la zona cervical.
La talonera de piel (PT), que vienen en pares y de 15 cm por 15 cm cada una.
La piel médica (PM), que viene de un metro por un metro cada unidad.
Por último, entendiendo las necesidades de las personas que asisten a pacientes en cama, D.E.M.A. diseñó un cinturón de rotación (CDC) que cuenta con ajuste en abrojo y tiras de sujeción acolchadas para ayudar a la rotación y contención de la persona sin accesos a su movilidad, manteniéndolos sin escaras y seguros en cada movimiento.
Todos los productos se pueden adquirir de forma online o en la ortopedia más cercana a donde te encuentres. Buscala en el mapa debajo:
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