En este artículo te contamos de qué se tratan las lesiones por esfuerzo repetitivo (LER), cuáles son sus síntomas, cómo prevenirlas y los distintos enfoques en el momento de tratarlas.
Las lesiones por esfuerzo repetitivo (LER) son un grupo de condiciones médicas que afectan los músculos, tendones, ligamentos y otras partes del sistema musculoesquelético. Estas lesiones se desarrollan gradualmente a lo largo del tiempo debido a movimientos repetitivos y tensiones sostenidas en el cuerpo. Las LER pueden presentarse en diversas formas, como tendinitis, síndrome del túnel carpiano, epicondilitis lateral (codo de tenista), epicondilitis medial (codo de golfista), entre otras.
Los síntomas típicos de las LER incluyen dolor, inflamación, entumecimiento, debilidad y dificultad para realizar movimientos específicos. Estos síntomas pueden ser debilitantes y afectar negativamente la calidad de vida de las personas que los padecen.
El diagnóstico de las Lesiones por Esfuerzo Repetitivo (LER) implica una evaluación médica completa. Se hace, primero, un estudio del historial médico del paciente y una entrevista para determinar la sintomatología y las actividades previas en relación a la articulación afectada. Luego, se pueden realizar pruebas físicas buscando signos de inflamación, debilidad muscular, sensibilidad y limitación en el rango de movimiento.
También pueden examinar áreas cercanas para descartar otras posibles fuentes de dolor o molestias. Además, es posible que se opte por:
Estudios por imagen.
Estudios de electromiografía.
Análisis de sangre.
Diagnóstico diferencial.
Trabajar en pos de evitar las lesiones por esfuerzo repetitivo es de suma importancia, ya que estas afecciones pueden ser dolorosas y limitantes. Algunas técnicas y medidas preventivas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar LER son:
Ergonomía adecuada: mantener una postura adecuada en el trabajo o en cualquier actividad que implique movimientos repetitivos. Asegurate de que tu escritorio, silla y equipo de trabajo estén configurados ergonómicamente para reducir la tensión en tus músculos y articulaciones.
Pausas y estiramientos: programá pausas regulares durante tu jornada laboral o actividad para estirar y relajar tus músculos. Los estiramientos pueden ayudar a mantener la flexibilidad y reducir la tensión acumulada.
Uso de herramientas adecuadas: si tu trabajo o actividad implica el uso de herramientas manuales o dispositivos electrónicos, tratá de utilizar herramientas adecuadas y bien diseñadas que reduzcan la tensión en tus manos y muñecas.
Entrenamiento de fuerza y resistencia: fortalecer los músculos relevantes a tus actividades puede ayudar a prevenir las LER. Un programa de entrenamiento adecuado puede proporcionar estabilidad y resistencia a tus músculos y articulaciones.
Descanso adecuado: dormí lo suficiente y dale a tu cuerpo el tiempo necesario para recuperarse después de actividades físicas o laborales intensas.
Rotación de tareas: si es posible, alterná entre tareas o actividades para evitar la repetición excesiva de movimientos.
Es posible que algunas personas desarrollen LER en algún momento de sus vidas. En tales casos, es importante buscar atención médica y seguir un plan de tratamiento adecuado. Este puede incluir:
Reposo: descansar la zona afectada es esencial para permitir que los tejidos dañados se recuperen.
Fisioterapia: un profesional puede diseñar un programa de ejercicios y terapia manual para mejorar la fuerza, la flexibilidad y la función de las áreas afectadas.
Medicamentos: en algunos casos, se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios para reducir los síntomas más molestos y limitantes como el dolor y la hinchazón.
Inyecciones de corticosteroides: en casos de inflamación severa, se pueden administrar inyecciones de corticosteroides bajo la supervisión de un médico.
Modificaciones en el estilo de vida: modificar tus actividades laborales o deportivas puede ser necesario para prevenir futuras recurrencias de LER.
En D.E.M.A. nos dedicamos a hacer proporcionar una vida de más movimiento en las personas. Es por eso que contamos con distintas soluciones ortopédicas y deportivas para que todos los pacientes puedan volver a la actividad rápidamente y de la mejor manera. Para el conjunto de lesiones que las LER contemplan, existen distintos dispositivos como:
La codera abierta universal (código C015) tiene regulación y sujeción en abrojos. Es de talle único y se puede usar en cualquiera de los dos brazos.
La codera de tenista (código C014) es un diseño corto con doble ajuste en abrojo.
La codera con ajuste (código C013), su diseño se adhiere anatómicamente al brazo, y tiene doble ajuste en el antebrazo por su tracción en abrojo.
La codera acolchada (código CA) posee una almohadilla central para concentrar el calor terapéutico en la articulación.
La cincha para codo de neoprene (código CIC) además de tener ajuste en abrojo y ser adaptable a ambos brazos, esta cincha posee un fleje metálico de contención interno.
La muñequera boomerang (código M005), un modelo anatómico confeccionado en elástico reforzado o neoprene de 4 milímetros, que puede encontrarse con o sin dedo pulgar recubierto.
La muñequera con ajuste (código M011), diseñada en neoprene de 4 milímetros. Incorpora un ajuste con abrojo que facilita su función estabilizadora, aportando contención a los grupos musculares y articulares de la muñeca.
El inmovilizador acolchado (código IWA), confeccionado en gabardina reforzada, con interior acolchado y 3 ballenas inmovilizadoras. Esta muñequera es ideal para lesiones más leves, esguinces, tendinitis o periodos de recuperación avanzados. También, existe un modelo de inmovilizador en neoprene para casos agudos.
El inmovilizador de dedo pulgar y muñeca (código I011N), confeccionado en neoprene de 4 milímetros con cinco ballenas rígidas en su interior para una inmovilización más fuerte. Esta férula permite una mejor sujeción desde el pulgar hasta el antebrazo, y brinda calor terapéutico con efectos antiinflamatorios.
La codera tubo (código C012) tiene un diseño que se adhiere anatómicamente al brazo, y tiene doble ajuste en el antebrazo por su tracción en abrojo. Brinda calor terapéutico y antiinflamatorio.
La hombrera de neoprene (código H029) es ideal para brindar calor terapéutico y contención a los movimientos en el periodo de recuperación, esta hombrera es ideal. Estabiliza y postura las estructuras anatómicas que forman parte de la articulación de hombro.
La rodillera articulada de neoprene (R069) tiene doble sujeción superior e inferior en abrojo, esta rodillera brinda contención a la articulación, y puede ayudar a reducir el dolor en casos de esguinces, tendinitis, desgarros y otras lesiones.
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