¿A qué lesiones se arriesgan más los basquetbolistas, y cómo pueden prevenirse? Te contamos las tres más frecuentes.
El básquet es practicado por miles de personas en Argentina, y actualmente es uno de los deportes que más atención reciben. Sobre todo desde que la selección argentina logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas (2004).
Su forma de juego, con numerosos saltos, carreras y cambios bruscos de marcha, es tanto un atractivo para los espectadores como un factor de riesgo para quienes lo practican, ya que puede ser causa de diferentes lesiones. Algunas agudas, como esguinces o fracturas por caídas, y otras crónicas como las lesiones por sobrecarga.
Los expertos coinciden en que la lesión más frecuente es el esguince de tobillo, que suele producirse luego de apoyar todo el peso del cuerpo sobre el tobillo cuando este se encuentra en una mala posición. Esto ocurre habitualmente luego de un salto, o un cambio brusco en la dirección de la marcha, y el tratamiento puede requerir reposo, estiramientos suaves y el uso de una contención en los casos más leves. En Soluciones prácticas para recuperarte de un esguince de tobillo podés encontrar más información sobre cómo lidiar mejor con esta lesión.
Otra lesión habitual es la torcedura de los dedos de la mano, que se produce cuando la pelota choca con fuerza contra la punta de los dedos que no están en la posición adecuada para recibirla. La torcedura genera inflamación y dolor, que pueden aliviarse con hielo e inmovilización durante un tiempo con una práctica y cómoda férula. Si los síntomas persisten, puede ser necesaria una radiografía para evaluar la lesión.
Finalmente, el tercer tipo de lesión más frecuente puede ocurrir en las rodillas. Las maniobras de corte típicas del básquet (frenado, cambio de dirección y arranque) representan un factor de riesgo para los ligamentos y los meniscos, y muchas veces terminan lesionándose. Son comunes la tendinitis rotuliana crónica, también llamada “rodilla del saltador”; la lesión del ligamento cruzado anterior, y la rotura de meniscos. Recomendamos ver los posteos enlazados para conocer mejor cómo recuperarse de estas lesiones.
Más allá de los traumatismos accidentales, existen ciertos cuidados que podemos tener para minimizar el riesgo de sufrir estas y otras lesiones al practicar básquet.
En primer lugar, es importante hacer un examen físico completo durante la pretemporada y seguir las recomendaciones que pueda hacer el médico. Luego podemos tener en cuenta lo siguiente:
Hidratarse adecuadamente es esencial para que el cuerpo rinda mejor.
Seguir una rutina física adecuada y estar bien preparado para las exigencias de la práctica, sobre todo si venimos de un tiempo de inactividad, es muy importante para minimizar el riesgo de lesiones.
Cuidar que el nivel de exigencia físico sea adecuado es clave para evitar lesiones por sobrecarga.
Realizar ejercicios de calentamiento y estiramiento, antes y después de la práctica y los partidos, ayuda a prevenir lesiones.
Descansar bien durante y entre cada temporada de actividad deportiva mejora el desempeño físico de nuestro cuerpo.
Usar un calzado especial puede evitar caídas y traumatismos.
En el caso que necesitemos recuperarnos de una de estas lesiones, elegir una contención adecuada y de calidad es de gran ayuda para alcanzar una pronta recuperación.
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