Conocé más sobre esta lesión y descubrí cómo una férula inmovilizadora puede ayudarte a lograr una recuperación adecuada.
El esguince de los dedos de la mano es habitual durante la práctica de deportes con pelota, como el básquet, el vóley o el handball. Pero también puede sucederle a cualquiera que tenga un accidente.
Un esguince es la distensión de los ligamentos que dan soporte a las articulaciones y conectan los huesos entre sí; en la mano, los ligamentos pueden distenderse ⏤o desgarrarse⏤ cuando se fuerza demasiado la articulación, a causa de un golpe o una caída sobre uno de los dedos.
Los síntomas de este tipo de esguinces pueden incluir:
dolor constante en el dedo;
dolor al mover la articulación;
inflamación de la articulación;
rigidez articular.
Y de acuerdo con su gravedad, pueden ser clasificados en tres categorías:
Los esguinces de primer grado implican un estiramiento y micro desgarro del tejido del ligamento, provocando como consecuencia una articulación inestable.
Los esguinces de segundo grado suponen un desgarro parcial del tejido del ligamento, causando inestabilidad leve en la articulación.
Finalmente, los esguinces de tercer grado muestran un desgarro grave o completo del tejido del ligamento, y gran inestabilidad de la articulación.
Uno de los dedos que se esguinza con mayor frecuencia es el pulgar, en lo que se conoce como “pulgar del esquiador”. Sin embargo, cualquiera de los dedos puede sufrir un esguince durante la práctica de deportes o tras una caída.
Luego de examinar el dedo lesionado, tu médico puede recomendarte que mantengas la articulación en reposo y apliques hielo para bajar la inflamación.
En estos casos, es habitual el uso de férulas inmovilizadoras que te ayuden a contener la articulación, aplicando una dosis de compresión que ayude a contener la inflamación y aporte calor terapéutico. Las férulas, además, pueden ponerse y sacarse para limpiar la zona y aplicar hielo si es necesario.
En D.E.M.A. desarrollamos una férula inmovilizadora especialmente diseñada para este cuadro, con abrojo regulable y varillas que permiten mantener el dedo lesionado en estado de reposo. Confeccionada en neoprene de 4 milímetros de espesor, la férula puede usarse en ambas manos y es ideal para la recuperación de esguinces, torceduras, tendinitis y fracturas. Está indicada para inmovilizar el dedo índice, medio, anular y meñique.
Para los esguinces en el pulgar, ofrecemos un inmovilizador especial confeccionado en velour acolchado que restringe su movilidad y facilita la rehabilitación de esguinces y otras lesiones.
En ambos casos, las férulas aportan contención y calor terapéutico a los tejidos lesionados, proporcionando el reposo que los dedos necesitan para lograr su recuperación.
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