La tendinitis del hombro es una lesión habitual entre personas que exigen esa articulación a diario. Descubrí por qué sucede y cómo cuidarte para lograr una pronta recuperación.
La tendinitis es la inflamación o irritación de un tendón, el tejido que conecta los músculos con los huesos. Es una lesión que habitualmente causa dolor y sensibilidad en el área de la articulación, por lo que a veces puede ser muy molesta y difícil de sobrellevar.
Una tendinitis puede ocurrir en cualquier tendón, y si bien puede ser ocasionada por un traumatismo, el cuadro generalmente ocurre por la repetición de un movimiento articular a lo largo del tiempo. Muchas personas sufren tendinitis debido a que sus trabajos o actividades comprenden movimientos repetitivos que exigen demasiado los tendones.
En el hombro, la tendinitis habitualmente ocurre por la inflamación del manguito rotador, un grupo de músculos y tendones adheridos a los huesos de la articulación del hombro. El manguito rotador permite que la articulación del hombro se mueva y mantenga estable, pero el sobre-esfuerzo puede inflamarlo, ocasionando rigidez y dolor.
Las causas más habituales de su inflamación son:
Mantener el brazo en una misma posición durante períodos de tiempo largos, como al trabajar con la computadora.
Hacer deportes que exigen un movimiento repetitivo del brazo por encima de la cabeza, como el tenis, la natación o el levantamiento de pesas.
Trabajar con el brazo por encima de la cabeza durante muchas horas o días, como les sucede a los pintores y los carpinteros.
Dormir sobre el mismo brazo todas las noches.
Existen algunas medidas que pueden tomarse para reducir las probabilidades de sufrir una tendinitis en el hombro.
Tomar descansos regulares de la actividad, sobre todo al notar dolor articular.
Mejorar la postura para prevenir la sobrecarga. Esto puede requerir una evaluación ergonómica del espacio, un ajuste de los recursos ⏤como la altura de la silla, el teclado y el escritorio⏤ y el empleo de elementos de protección.
Estirar luego de hacer ejercicio o terminar un trabajo, para maximizar la amplitud de movimiento de las articulaciones.
Fortalecer los músculos implicados en la actividad elegida, para ayudar a resistir mejor el esfuerzo y la sobrecarga.
En la mayoría de los casos, la tendinitis del hombro puede tratarse con reposo, fisioterapia y analgésicos, según la recomendación del médico. También es habitual el uso de cabestrillos y hombreras para inmovilizar la zona y garantizar el reposo que la articulación necesita para recuperarse.
D.E.M.A. desarrolla distintos tipos de contenciones como cabestrillos y hombreras, pensadas para ofrecer la mejor sujeción y ayudarte a lograr una pronta recuperación.
Entre ellos se destaca el cabestrillo con faja velpeau (C025A), ideal para recuperarse de tendinitis, luxaciones, o fracturas, entre otros tipos de lesiones. Debido a su diseño, la faja ofrece la inmovilización total de la zona afectada, los tiradores posteriores en forma de cruz distribuyen el peso de forma equilibrada, evitando contracturas y malestares musculares.
Para brindar calor terapéutico y contención a los movimientos en el periodo de fortalecimiento, el uso de una hombrera de neoprene (H029) de 4 milímetros de espesor también es óptimo. La sensación de seguridad y contención que ofrece es un detalle esencial para una pronta recuperación y la prevención de futuras lesiones.
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