Mantener el cuerpo en la posición equilibrada puede ayudar a evitar molestias diarias, dolores, lesiones y otros problemas de salud.
Una buena postura es importante para tener buena salud en el largo plazo. Ya sea que estemos en movimiento o quietos, una postura correcta nos ayuda a evitar contracturas, dolores de cintura, de espalda y lesiones musculares.
La postura es la manera en que sostenemos el cuerpo, y se considera que existen dos tipos: la dinámica y la estática.
La postura dinámica tiene que ver con la manera en que nos sostenemos al estar en movimiento, al caminar, correr o agacharnos para levantar algo del suelo. La postura estática se relaciona con nuestra forma de mantenernos cuando no estamos en movimiento; por ejemplo, al estar sentados, de pie o durmiendo.
Lograr una postura correcta tiene que ver, sobre todo, con cuidar la posición de nuestra columna vertebral. La columna tiene tres curvas naturales: en el cuello, en la espalda media y en la espalda baja. Una postura correcta logra mantener esas curvas, no las aumenta, a la vez que mantiene una cabeza erguida y los hombros alineados entre sí.
Mantener una mala postura puede ser perjudicial. Entre otros problemas puede:
Deteriorar la columna vertebral, volviéndola más susceptible a sufrir lesiones.
Provocar dolor en cuello, hombros y espalda.
Comprometer la flexibilidad y el movimiento de las articulaciones.
Afectar el equilibrio.
Provocar problemas en la respiración.
Para lograr una postura adecuada podemos tener en cuenta distintas recomendaciones. Es importante ser conscientes de nuestra postura a lo largo del día, cuando realizamos actividades o estamos sentados frente a la computadora, en casa o en el trabajo.
Para mejorar la postura estando sentados durante periodos largos se puede:
Cambiar cada tanto de posición.
Hacer caminatas breves alrededor de la oficina o la casa.
Estirar suavemente lo músculos de vez en cuando.
Mantener los pies apoyados en el piso con los tobillos un poco más adelante que las rodillas.
Relajar los hombros, evitando que estén encorvados o estirados hacia atrás.
Mantener los codos cerca del cuerpo.
Asegurarse de que nuestra espalda cuenta con un apoyo que respeta la curva natural de la espalda.
Verificar que los muslos y caderas permanecen bien apoyados, de forma paralela al piso.
Cuando trabajamos en una oficina o frente a una computadora durante horas, estos consejos pueden ayudarnos a prevenir contracturas y dolores lumbares. También se pueden utilizar correctores posturales para asegurar una postura adecuada.
Los correctores posturales son soportes graduales que contribuyen a mantener los hombros erguidos y lograr una postura equilibrada del cuerpo en tus actividades diarias. Existen diferentes diseños:
Chaleco corrector postural (C029): diseñado en neoprene de 4 milímetros de espesor, es práctico y funcional.
Corrector postural acolchado (E026-U) : confeccionado con 2 varillas posteriores y tela de velour.
Corrector postural con faja (E026-A): elaborado en elástico afelpado de mayor compresión. Incluye 4 varillas de aluminio posteriores y una faja de contención abdominal con doble sobrebanda de sujeción.
Los dolores en la parte baja de la espalda, si aparecen, pueden ser aliviados con fajas lumbares que estabilicen la zona, brindando contención a los músculos y articulaciones. En nuestro post ¿Qué es la lumbalgia y cómo aliviarla? podés encontrar más información sobre ese tema.
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