Más allá de la comodidad, el zapato post quirúrgico ofrece una recuperación sin efectos negativos.
Una persona sufre una lesión en el pie y entonces se dirige a un médico. Al paciente se le recomienda un procedimiento quirúrgico para solucionarla. Se determina una fecha para la operación y, ese día, el paciente llega al hospital y entonces se pregunta: ¿qué calzado sería el indicado?
El zapato post quirúrgico es un elemento muy útil para dicho momento, aunque no es su único uso. Puede ser utilizado ante un procedimiento quirúrgico en el pie, como su nombre lo indica, y también como elemento para personas que sufren lesiones o traumatismos en la región.
Luego de un procedimiento quirúrgico en el pie, como también en ciertas lesiones o intervenciones mínimas, el paciente toma una pisada distinta a la usual. Muchas veces es por causa del dolor o de la molestia, otras es por vendajes y demás elementos que, apretados contra un zapato abierto o cerrado, provoca una mala pisada. Esta mala práctica generalmente lleva a sobrecargar el pie en ciertas zonas inusuales generando molestias y posibles efectos negativos.
Entonces, ¿cómo funciona el zapato post quirúrgico? Es simple. Gracias a ciertos elementos que lo integran, estabiliza la pisada sin provocar molestias u otros efectos negativos en ella. Además, protege la zona de roces dañinos (que sí generaría un zapato común) y coloca el pie en la posición adecuada para su recuperación.
Los atributos que hacen al zapato post quirúrgico D.E.M.A. tener todos esos beneficios son:
Suela rígida con varilla interna: este tipo de suela, en conjunto con la varilla, generan un efecto de férula que inmoviliza el pie.
Antideslizante: la suela de un zapato de estas características es siempre antideslizante. Muchas veces, la pisada luego de intervenciones es insegura y algo sensible, por ello, la suela de ese tipo genera una recuperación más segura alentando al paciente y evitando accidentes.
Gran apertura: gracias a los dos cierres de abrojo y el tamaño amplio de la suela, los pacientes pueden utilizar el zapato con vendajes o pies hinchados (dos situaciones típicas de los procedimientos quirúrgicos). Además, esto garantiza mayor comodidad y menos riesgo de presiones dañinas sobre el área.
Regulable: además de ser más cómodo para pacientes con pies hinchados o vendados, esto permite un ajuste controlado con dos cierres de abrojo regulables.
Si bien el zapato anteriormente especificado es el más conocido y genérico, hay otros tipos de zapatos similares que son beneficiosos para distintas patologías.
Un ejemplo de esto son los zapatos Jambier, que están indicados para casos de juanetes (hallux valgus) que requieren una operación para su corrección. Estos zapatos post quirúrgicos están diseñados con una elevación en el antepié, contrafuerte reforzado y regulación en abrojos.
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