Los correctores posturales nos ayudan a lograr una postura equilibrada durante nuestras actividades diarias. Conocé cómo pueden ayudar a corregir la posición de joroba.
La posición de joroba es un vicio postural frecuente en personas que pasan mucho tiempo frente a una computadora, o trabajando sobre un escritorio, y puede ocasionar algunos trastornos musculares en la parte alta de la espalda.
Mantener el cuerpo en una posición equilibrada puede ayudar a evitar dolores, lesiones y otros problemas de salud. De hecho, una buena postura es importante para gozar de buena salud en el largo plazo. Entonces, ¿cómo podemos evitar la posición de joroba para cuidar mejor nuestro cuerpo?
Ya sea que estemos quietos o en movimiento, una postura saludable nos ayuda a evitar contracturas, dolores de cintura, de espalda y lesiones musculares. En el caso de la posición de joroba, es importante equilibrarla con una postura adecuada durante las actividades cotidianas, para lograr una reeducación de nuestros hábitos posturales.
Alcanzar una postura correcta tiene que ver, sobre todo, con tomar consciencia de la posición de nuestra columna vertebral. La columna posee tres curvas naturales en el cuello, la espalda media y la espalda baja. Una postura correcta:
Los correctores posturales son una excelente solución para lograr esta postura, porque impiden las posiciones del cuerpo que típicamente afectan la curvatura natural de la columna, y nos ayudan a ser cada vez más conscientes de ella. De esta manera, evitamos contracturas y lesiones musculares en hombros, espalda y cintura.
Adicionalmente, para mejorar la postura cuando tenemos que estar sentados durante periodos largos de tiempo frente a la computadora, podemos seguir las siguientes recomendaciones:
Hacer caminatas breves alrededor de la oficina o la casa.
Estirar suavemente los músculos cada una hora.
Trabajar sobre un escritorio, y regular la altura de la silla para que la cabeza quede a la misma altura que la pantalla.
Mantener los pies apoyados en el piso con los tobillos un poco más adelante que las rodillas.
Relajar los hombros, evitando que estén encorvados o estirados hacia atrás.
Mantener los codos cerca del cuerpo.
Asegurarse de que nuestra espalda cuenta con un apoyo que respeta la curva natural de la espalda.
Verificar que los muslos y caderas permanecen bien apoyados, de forma paralela al piso.
Los correctores posturales son soportes graduales que nos mantienen alerta de la manera en que nos sentamos, caminamos o permanecemos erguidos. De esa manera, contribuyen a que logremos una postura equilibrada durante nuestras actividades diarias.
En todos los casos, el corrector postural se utiliza como tratamiento conservador para alcanzar una posición equilibrada. El corrector acolchado (S027) es especialmente útil para ayudarte a mantener los hombros erguidos, y es ideal para largas horas frente a la computadora, porque estimula la relajación interna de los hombros. El soporte de clavícula de neoprene (S028), similar al modelo anterior, también es adecuado para estos casos, y sirve para reeducar nuestra postura y ayudarnos a mejorar la posición de joroba.
Al ser un producto de ayuda, es importante complementar el uso de correctores posturales con actividad física para mejorar el tono de los músculos dorsales. Deportes como natación, yoga y pilates pueden contribuir sustancialmente a conseguir una posición equilibrada.
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