Elegí la solución adecuada para una mejor recuperación de lesiones, o el alivio de dolores, contracturas y mareos.
¿Sabías que hay muchos tipos de cuellos ortopédicos? Por más de que generalmente se piensa que solo existe uno, al momento de tener que utilizarlo hay que elegir y entonces surge la duda: ¿cuál es el adecuado?
Los problemas cervicales que requieren un cuello ortopédico son aquellos que, en primer lugar, generan dolor al mover el cuello. Este dolor, muchas veces está acompañado de contracciones musculares y/o inflamaciones en el área y/o mareos, y puede estar ocasionado por problemas de postura o traumatismos. Porque los músculos están contraídos y porque sentimos dolor ante el más mínimo movimiento, se genera una especie de círculo vicioso que genera mucho malestar.
Es en estos casos que deberíamos utilizar un cuello ortopédico. Este nos aportará seguridad en el día a día con la lesión, ya que podemos hacer los quehaceres cotidianos sin tener miedo a sufrir dolor. Además, utilizar una órtesis relaja la musculatura de la zona y mantiene el calor, dos elementos centrales en la recuperación.
A grandes rasgos, existen tres tipos de cuellos ortopédicos: los blandos, semirrígidos y rígidos.
Los cuellos ortopédicos blandos son aquellos que son diseñados en goma espuma o materiales de características similares. Su función no es específicamente inmovilizar el cuello, ya que permiten cierto movimiento, sino el de contener la zona cervical. Se utilizan en momentos de dolor de cuello por mala postura o tensión muscular; también se usa cuando se sufre de contracturas y mareos. Están diseñados para aliviar dolores de esas dimensiones y proporcionar reposo a los músculos y articulaciones.
En cambio, los semirrígidos están diseñados con una lámina de goma y otra de poliuretano. Esta mezcla de componentes garantiza mayor rigidez en la región. Se utilizan en lesiones leves o medias que no requieren inmovilización total o no ocasionan inestabilidad.
El tipo de cuello ortopédico rígido es el que mayor inmovilidad ofrece. Es reconocible por tener un posa mentón y un apoyo sobre el esternón. Están fabricados con espuma de poliuretano, plástico y otros elementos para garantizar la inmovilidad total. Se utilizan cuando las lesiones en el cuello o en la cervical son de alta gravedad, como las que ocurren en siniestros viales.
D.E.M.A. posee 3 modelos de cuellos ortopédicos:
El collar de Schanz se puede utilizar para evitar inclinaciones o rotaciones bruscas del cuello, tratamiento típico para esguinces leves y contracturas o mareos. Es indicado para un uso diario y en períodos de recuperación. Su efecto descomprime las presiones en el cuello, aliviando los dolores. Además, ante molestias o lesiones leves, es fundamental que el calor se mantenga: esta es otra de sus funciones, que acompaña el alivianamiento.
Por otro lado, el collar de Filadelfia está confeccionado con dos piezas de plastazote ajustables con un cierre de abrojo. Está indicado para usos cotidianos, períodos de recuperación, pre y post operatorios debido a que, con su utilización, se disminuye significativamente la movilidad de la cervical y las inclinaciones o rotaciones bruscas del cuello.
Finalmente, el collar Cervibrace está elaborado en una sola pieza con espuma de poliuretano de alta densidad con un refuerzo interior y cierre en abrojo. Sus usos se especifican para casos pre o post quirúrgicos o de emergencia. Este elimina todo tipo de movimiento o rotación del cuello y la cervical.
En todos los casos, podés conseguirlos en tu ortopedia más cercana:
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